Escrito por Luis Alfredo Villalba Ruiz
No se trata de pensar por el resto, el descrédito de la representación política que ostentan los congresistas de la república, hace que cualquier propuesta, por más buena intención que tenga de fondo, sea susceptible de cuestionamiento inmediato. Más aún, cuando de una propuesta del ejecutivo se trata, se desconoce el sustento de fondo y se la respalda por parecerles adecuada.

No basta diferenciarse entre oficialistas y oposición, la realidad del congreso, muestra al país, la incapacidad para llamarse clase política representativa, son grupos y personas con disímiles intereses, sin autoridad política, para reclamarse representantes de la ciudadanía, hoy en particular, cuando la juventud se siente traicionada. No basta explicar las buenas o malas intenciones del ejecutivo y el congreso ¡No basta reclamarse defensores de los intereses del pueblo! ¡¡Había que parecerlo y no lo parecen!!
No es cuestión de la ley, es cuestión de quien tiene el poder, distanciarse de la base social que llevó a la actual representación al gobierno, lo deja a merced del poder que tradicionalmente se encaramó, para la toma de decisiones. Y sin el sustento político capaz de equilibrar la balanza de la toma de decisiones.
El poder de tomar decisiones, se ha recompuesto, teniendo detrás el poder tradicional.
Que el ejecutivo ponga, como siempre, la cara para defender lo indefendible lo confirma, al punto que si ponemos los discursos de los miembros del ejecutivo uno al lado del otro, no dicen lo mismo; pone en evidencia que ni entre ellos existió claridad, en el sustento de la ley de promoción del empleo juvenil.
La población reclama participar de la toma de decisiones, habría que aclarar a cada uno de los señores ministros que indican que el diálogo ha sido amplio; ha sido un diálogo de sordos, entre ustedes, la actual representación política del país, ha puesto barricadas entre el gobierno y la representación civil de la sociedad.
Si en efecto está dirigida a un sector de los jóvenes y no a otros ¿nos están queriendo decir que hay jóvenes de primera y de segunda? Se equivocan una vez más en la lectura del país, con urgencia necesitamos representación política, con la capacidad de leer el país y proponer soluciones que de una vez por todas entienda que se trata de establecer los canales de participación de la sociedad en la toma de decisiones trascendentales.